Hace unos días
se termino lo que para mí fue una de las mejores experiencias que un estudiante
gastronómico puede tener en cuanto a ferias.
Mistura es considerada la feria gastronómica más importante de América Latina en la cual
los peruanos celebran su tradición culinaria, asombrosa biodiversidad y al
igual reafirman su identidad como cultura variada. Esta feria tuvo cupo desde el 6 hasta el 16
de septiembre, 10 maravillosos días que unieron a pequeños agricultores,
panaderos, dulceras, mozos, restaurantes, institutos culinarios, cocineros
destacados y por sobre todo a comensales totalmente hambrientos de saber.
Bajo su lema
“Celebrar, Compartir, Cuidar “se cobija una de las ferias más representativas
de su país en la cual se muestra generosamente todos los atractivos tanto culinarios como culturales de Perú.
Personalmente,
me toco la oportunidad de asistir 3 días los cuales aproveche al máximo. Asistí con el pensamiento y la
mentalidad de que tanto mi paladar como
mi peso saldrían afectados ya sea de una manera positiva o negativamente de
esta feria, asumiendo eso me puse en marcha para hacer de esta, una experiencia
inolvidable. Años atrás en mi mente había existido las ganas de presenciar esta feria en carne y hueso pero no
se habían dado las condiciones para ir,
lo cual este año todo se junto para poder ir y así crecer un poco mas
profesionalmente.
El primer día
me di cuenta de la magnitud que Mistura tenía en Perú e Internacionalmente, una
fila tremenda se veía delante de mí con gente tanto o más ansiosa que yo por
entrar y disfrutar de los pataches culinarios que nos podían proporcionar. Esta feria este año se dividió por mundos (
Amazonico, Anticuchos, Andino,Cevicheria, Limeño, Chifa y Nikkei, Brasas,
Tabernas y Bares, Sanguches, Sureño, Norteño) de acuerdo a la gastronomía que
se quería mostrar.
Como
bienvenida y desayuno probé un Sandwich de Chicharrón , desayuno típico de los
peruanos el cual consistía en un pan batido con chicharrón de cerdo sobre este cebolla morada en pluma
aliñada perfectamente con lima, convertidos en salsa criolla ( cilantro, aji
amarillo, perejil) y unos camotes fritos que coronaban este pan a la
perfección, primer mordisco miles de sensaciones en mi boca, el hambre se
opacaba poco a poco y me cuestionaba a que genio se le ocurrió la idea de unir
todo esto y crear algo realmente delicioso, algo que en chile quizás era
impensable por la cantidad de calorías que en cada bocado mi cuerpo estaba
adquiriendo.
Luego
pasamos por los ceviches tradicionales reconocidos compuestos por pescado,
leche de tigre, ají amarillo, cancha, maíz, camote y cebolla morada. Nada que
decir exquisitamente perfecto, aunque el picor era inigualable grandes
sensaciones para mi paladar.
Después
seguimos por el mundo Limeño donde la causa no podía faltar. Papas amarillas
con ají amarillo y lima todo hecho puré, sobre esta capa pollo con mayonesa y
unas rebanadas de palta y luego otra capa de lo primero. La mejor manera de
apaciguar el picor del ceviche anteriormente devorado.
Prosiguiendo
a través de la feria llegamos al mundo Andino donde la mayor atracción era el
Cuy Frito plato que me mantenía totalmente dudosa, aunque la curiosidad pudo más
y pedimos el plato para compartirlo. Creo que pedí muchos deseos antes de
probarlo uno de ellos fue el no enfermarme y lentamente fui masticando el
crocante cuy el cual me sorprendió gratamente si no hubiera sabido que era cuy
todo pasaría desapercibido incluso me hizo pensar en los pollos de KFC claro
que con mucho mas sabores . Fue una buena elección aunque estuve todo el día
pensando que me había comido a un animalito que en mi país usan de mascota.
Lejos una
buena manera de finalizar el día y dejar a mi estomago completamente feliz era
pasar por la zona de los Dulces, mi boca necesitaba un respiro entre tanto
picante y frituras, quería algo distinto. Dentro de la extensa lista de postres
que ofrecían encontré uno que me llamo la atención “ 5 Leches al estilo de
Sandra” y aunque no era muy aficionada al tradicional postre de 3 leches opte
por probarlo para descubrir cuáles eran las restantes 2, reconozco que por
lejos me lleve una gran sorpresa, era el postre perfecto para finalizar el día
tanto que no se podía compartir creo que
mi mirada de odio al verse acercar un tenedor cerca de tan exquisito plato era
obvia. Bizcocho remojado con la mezcla de las leches con crema sobre este,
salsa de manjar y unas frutillas para decorar, por mi paladar pasaban
sabores y sensaciones de probar un
postre de casa, me dio por extrañar un poco, lo mejor era tratar de descubrir cuáles
eran las cinco leches (a lo cual luego de probar y pedir el postre 3 veces las pudimos
reconocer). Me fui feliz, llena en muchos sentidos.
Al segundo día
de feria para nosotros la cola no era tan extensa pero las ganas de entrar eran
iguales que el primer día. La idea era terminar de ver los mundos que nos
quedaban. Partimos rápidamente visitando el mundo de la quinua donde rescataban
la variedad de este grano que se encuentra en Perú, nada para probar mucho por
conocer. Luego caminamos hasta el mundo
de las brasas donde las colas para probar
las diferentes formas de hacer un cerdo eran increíbles, optamos por un mix de estas.
Chancho al
palo , tradicional como hacen el cordero en Chile, todo esto sobre las brasas
cocinado lentamente por muchas horas para crear ese sabor a parrilla.
Chancho en
la Caja china, forma peculiar de cocinar un cerdo, dentro de una caja y sobre
este las brasas para lograr la cocción en, no me gusto y no entendía que
buscaban los cientos de personas que hacían colas eternas por probar 5 bocados
o mas de esta carne, en gustos claramente no hay nada escrito.
Chancho al
Cilindro, pedacitos de chancho colgando en un cilindro negro todo cocido a
vapor, no tenía mucho sabor pero era novedoso. Claramente me quedo con el
Chancho al palo.
Luego de
esta extensa espera, nos quisimos relajar y nos encaminamos a la zona de Bares
y Tabernas donde degustamos los típicos pisco sours pero en sus diferentes
versiones, tradicional, maracuyá sour y coca sour. Ricos, claramente se nota
como se te sube a la cabeza. Decidimos ir por más comida.
Llegamos así
al mundo de los anticuchos, debo reconocer que no me atreví a comer, Anticuchos de corazón no eran lo mío.
Pero me fui contenta con la forma en que el señor de los anticuchos de alpaca trataba
de promocionar su producto. “ Alpaaaaaaacaaaa son buenos para el corazón, no
tienen colesterol” grito que se escuchaba por toda la feria.
Luego fuimos
al mundo amazónico donde escogimos una trilogía amazónica con cerdo, tacachos
(bolitas de plátano frito con chicharrón), juane (bolitas de arroz apelmazado
con pollo en el centro).
Seguimos
nuestro recorrido para finalizar el día hasta el mundo Chifa Nikkei y decidimos
pedir unos wantan de cerdito asado con verduras con salsa de tamarindo, exquisito
valió la pena, algo distinto dentro de tantos sabores.
Nuestro
tercer día fue de despedidas, entramos al Gran Mercado donde era cosa de
pararte al centro de este y perderte. Lejos era la mejor manera de demostrar
los productos que tiene Perú y sus esforzados agricultores que con orgullo
mostraban su cosecha que tanto trabajo diario les había costado, estos mismos
amablemente te respondían gustosamente todas las interrogantes que como
extranjero uno tiene. Nunca había sentido
tan fuerte ese apego a tus tradiciones, a las cultura a lo que uno y su país pertenece,
me dejo gratamente sorprendida.
Y como la
guinda de la torta terminamos en el Expo Chocolate donde para los fanáticos del
chocolate como yo estábamos en su salsa. De las expo que he ido simplemente
esta fue la que mas cumplió mis expectativas, quede completamente feliz y
aunque no comí mucho (los kilos extras ya se notaban) la sola sensación y los aromas
que emanaban esa carpa creo que fue y ha sido una linda y grata experiencia.
Nunca antes
en mi vida creí que volvería tan plácida con la experiencia y la agradezco día
a día que haya pasado. Es por eso que si Usted que me está leyendo y no ha ido,
le recomiendo ir, no es necesario que sepa o que este muy involucrado en el
mundo gastronómico solo faltan las ganas de querer aprender y el estomago para
poder comer tantas cosas sabrosas que sin lugar a dudas te dejaran más que un
bonito recuerdo, una experiencia sin igual.